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El azar lo determina todo en esta serie. Dejo la cola blanca caer sobre el papel con ligeros movimientos y los relieves van marcando una danza en blanco sobre blanco. El negro del gouache que sumerjo en la cola todavía líquida y de la tinta con la que perfilo las formas refuerzan el resultado en un proceso racional e irracional al mismo tiempo. Lo que surgen no son más que la interpretación de unas manchas sobre el papel de unos cuerpos contorsionados de la mano, recordando a la danza de Matisse o una serie de mujeres interconectadas entre ellas con sus vientres llenos de vida. 

El carácter azaroso de este amplio espectro de improvisaciones en tinta sobre papel remite al expresionismo abstracto, sirviendo de válvula de escape del inconsciente y proponiendo, tal y como hacía Rorschach, un diálogo con el espectador. Una coherente recopilación bajo cuya apariencia fría y clínica late el pulso impetuoso de la emoción.”
Carmen Cocina, periodista especializada en arte de vanguardia (Tenmag).

TINTAS

SURCOS Y DANZAS: MEMORIAS DEL EXPRESIONISMO INCONSCIENTE

 

El test de Rorschach consiste en la realización de un diagnóstico sobre el subconsciente del sujeto objeto de estudio a partir de las analogías con objetos reales que éste establece a partir de una serie de manchas de tinta aleatorias, simétricas y no figurativas.

 

Teniendo en cuenta que su aportación ha sido determinante en la teoría del psicoanálisis, no resulta descabellado afirmar que su reverso lógico, es decir, la deducción de conclusiones acerca de la pisque de quien realiza las manchas, resulta tanto o más significativo que la de aquel que las observa. En este sentido, las pinturas de Alicia Castilla, resultado del trazo que fluye soberano al compás del impulso eléctrico, suponen un estimulante desafío para cualquier observador curioso. Con ecos al libérrimo espíritu de Pollock, los curvilíneos contornos de la serie “Surcos y Danzas” sugieren, en efecto, trémulos cuerpos contorsionados en el abrazo, como un instintivo bosquejo en negro sobre blanco de “La danza” de Matisse, y susceptibles de una segunda interpretación como organismos celulares indeterminados o complejos entramados neuronales. El carácter azaroso de este amplio espectro de improvisaciones en tinta sobre papel remite al expresionismo abstracto, sirviendo de válvula de escape del inconsciente y proponiendo, tal y como hacía Rorschach, un diálogo con el espectador. Una coherente recopilación bajo cuya apariencia fría y clínica late el pulso impetuoso de la emoción.

Texto de Carmen Cocina, periodista especializada en arte de vanguardia (Revista Tenmag).

Siguiendo al azar una serie de obras de esta artista bilbaína podemos observar, tal vez, una dualidad entre lo frío y lo cálido, lo cerebral dominado por la técnica y la emoción. El aficionado pensará inmediatamente en la obra de la vanguardia y evocará consabidos nombres como los de Jackson Pollock o Vasily Kandinsky. En realidad, el uso de los lenguajes formales esconden símiles inevitables. Lo que marca la diferencia es la sensibilidad que se tiene a la hora de trabajar con ellos.Tal vez por eso mismo el conjunto que Alicia ha denominado TINTAS, que engloban una incipiente variedad. Se trata de una serie de ejercicios de improvisaciones a tinta donde existe una mayor libertad y donde el control permite que aflore lo subjetivo haciendo surgir el inconsciente. Las obras se contagian las unas a las otras creando extrañas relaciones de manchas extendidas que dejan jugar al azar. De esa forma se generan veloces asociaciones, se sugieren ideas embebidas de ellas mismas, pero que se proyectan hacia el espectador, entonces el diálogo con él es bienvenido. En DANZA #1 (2012), me resulta inevitable distinguir una procesión de figuras conectadas entre sí, los tamaños incluso podrían representar diferentes edades; lo mismo sucede en SURCOS (2013), podemos imaginar una danza, parecida a una conocida obra de Matisse, al fin y al cabo al comentárselo a la artista, descubrí que no era el primero en crear esa asociación. Manchas y texturas orgánicas, que respiran de manera interna, ecos del surrealismo y del primer expresionismo abstracto. Una variante de todo esto se da en INTERACCIONES URBANAS (2013), donde un estilo neoplasticista converge con una idea de formas vivas y en posible evolución. ¿Estructuras que se expanden? Lo dejo a la elección del público espectador.  Y ese es el secreto de Alicia Castilla, su mezcla de elementos subjetivos con el aprendizaje. Lo racional configura los espacios y las formas, pero su sentimiento estético moldea el resultado final.

Texto de José Camacho, comisario de arte de la exposición en la Sala La Paloma

Publicación en la revista
TENMAG - ART&DESIGN
Texto de Carmen Cocina,
especialista en arte de vanguardia

 

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